JORNADA en ASTURIAS: La Profesión Veterinaria en la Administación Pública y en la Práctica Privada
El ntervenimos en la Jornada sobre La Profesión Veterinaria en la Administación Pública y en la Práctica Privada organizada y celebrada en el Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Asturias el 30 /03/2017. Se trataron cuatro asuntos que deben ser abordados con urgencia por nuestra profesión
1. La Veterinaria de Salud Pública en las Administraciones Públicas,
2. Convenio Laboral para Veterinarios
3. Reconocimiento legal de los centros veterinarias como Centros Sanitarios
4. Especialización en Veterinaria de Salud Pública
5. Papel de las Sociedades Científicas, Organización Colegial y los Sindicatos Profesionales
Intervienen:
Marco Aurelio Sánchez Moreiro. Presidente de la Sociedad Científica de Veterinaria de Salud Pública y Comunitaria (SOCIVESC)
Juan Antonio Vicente Báez. Presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Cáceres
Juan Antonio Rol Díaz. Secretario General del Sindicato Veterinario de Extremadura (SIVEX)
Jose Fernández Romojaro. Inspector Veterinario de Sanidad en el Area III de Salud del Principado de Asturias.
Ignacio Oroquieta Menéndez. Presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Sevilla.
Armando Solís Vázquez de Prada. Presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Asturias.
Tras exponer la situación de los distintos asuntos se debate su abordaje de forma integral por todas las Instituciones veterinarias con un objetivo claro y con el mismo mensaje.
El elevado número de estudiantes de veterinaria y de Facultades lleva a una plétora profesional que se encuentra con un limitado espacio laboral con cada vez más competencia de otras profesiones en ámbitos multidisciplinares. El exceso de oferta de veterinarios lleva a centros veterinarios Low cost.
La exclusión de los centros veterinarios como centros sanitarios agrava la situación con un IVA no sanitario que con el modelo Low cost conduce a reducir el salario del veterinario, situándolo en el más bajo de todos los titulados universitarios de España. Como efecto directo, aumenta la mala praxis no solo en clínica sino también en actuaciones que tienen relación directa con la salud pública. Urge poner en marcha la fórmula del convenio colectivo para veterinarios. Para este objetivo, por imperativo legal se necesita una organización sindical pero por operatividad debe ser exclusiva de veterinarios por lo que hay crear sindicatos veterinarios y han de ser autonómicos.
Urge el reconocimiento de los centros veterinarios como centros sanitarios de forma amplia y abierta sin caer en el error de limitarlo a solo clínica de pequeños animales. Para este objetivo hay que hacer modificaciones normativas y han de reclamarlo las instituciones veterinarias al unísono.
Es necesario corregir la percepción de la sociedad y de los políticos acerca del papel del veterinario como profesión sanitaria no solo mediante actuaciones en los medios de comunicación sino también mediante la presencia efectiva y continúa del veterinario junto con el resto de las profesiones sanitarias, acabando con la exclusión de nuestra profesión del sistema sanitario público y acabando con la exclusión del acceso a Especialidades de las profesiones sanitarias. Veterinaria debe acceder a las especialidades pluridisciplinares como Microbiología y Parasitología pero también debe tener al menos una especialidad propia, es decir exclusiva de la titulación Veterinaria como es la de Veterinaria de Salud Pública. La ley exige la actuación conjunta de dos instituciones veterinarias de carácter estatal que ya existen: La Organización Colegial y Sociedad Científica de la materia objeto de Especialidad: Veterinaria de Salud Pública. Ahora deben consensuar un mismo mensaje y deben evitar caer en el error de fragmentar la Veterinaria de Salud Pública en distintas materias, como seguridad alimentaria, animales de laboratorio,-ambas con cabida como superespecialidad dentro de la anterior- porque de separarse provocaría la entrada en escena y competencia de otras titulaciones en los puestos hasta ahora exclusivos de veterinarios.
Se concluye que las instituciones veterinarias deben ponerse de acuerdo y decidir si quieren que esta profesión sanitaria lo sea no solo de Derecho sino también de Hecho, o por el contrario deje de ser una profesión sanitaria. La parte de la profesión que se dedica a producción ganadera y con dependencia de departamentos de Agricultura no debe impedir el desarrollo como profesión sanitaria del resto del colectivo. Se propone un cambio de la estructura de los Servicios Veterinarios: Doble Dependencia en la que la parte del colectivo con competencias en salud pública desde la producción primaria hasta la postprimaria, tenga, en todo caso, dependencia orgánica de Salud y funcional de de Agricultura de forma que el sistema sanitario no tenga vetado el control de la salud pública en parte alguna y menos aún en la producción primaria. La sanidad animal es elemento necesario e indiscutible para la producción animal pero la actual estructura de los servicios veterinarios la excluyen de la salud pública cuando tiene carácter básico en la LG de Sanidad y en el contexto One Health. Este modelo de Doble Dependencia (de los que se exponen diversos ejemplos actuales de cuerpos de las AAPP) permite mantener las ubicaciones físicas actuales de los Servicios Veterinarios y modificar solo sus dependencia administrativa.
Las instituciones veterinarias deben consensuar el mismo y único mensaje y ponerse al servicio de estos objetivos.
Los veterinarios deben implicarse, impulsar y exigir a las distintas instituciones veterinarias hacia estos objetivos que no son posibles ni sin las Instituciones Veterinarias ni estando los profesionales al margen de las mismas.