Excalibur , Ébola y El principio de precaución y la protección de la salud pública o solo pánico
Las autoridades sanitarias de Madrid han ordenado sacrificar al perro ( Excalibur) que convivió con la primera infectada de Ébola, en Europa. Su sacrificio impedirá investigar aspectos epidemiológicos y de dinámica interespecífica de esta zoonosis por el Filovirus ebolavirus Zaire (EBOV)
Los estudios realizados hasta el momento no han podido demostrar la infección de perros a partir de humanos, como tampoco han sido capaces aún de detectar el virus Ébola en esta especie.
Los estudios en perros, incluso que consumieron restos y vómitos de personas enfermas de Ébola, demuestran que no desarrollaron la enfermedad, no se detectó en ellos la presencia de virus ni de antígenos virales aunque sí anticuerpos, lo que indica que hubo estimulación antigénica. Hasta ahora se desconoce todo lo relativo al comportamiento del ebolavirus en el perro. Así lo indican los estudios de Eric M. Leroy y col.( ver enlace
(traducción y comentario abajo)
El trabajo de Leroy y col. apunta la necesidad de considerar al perro en los estudios epidemiológicos y que cabe la posibilidad que excreten virus a pesar de que no ha sido demostrado en ninguno de los 258 perros del brote de Gabón de 2001- 2002, que formaron parte de su estudio. No se ha demostrado que el virus de personas enfermas pueda multiplicarse en los perros que convivan con ellas y se desconoce por tanto si es posible la transmisión de perro a persona y de persona a perro. Ausencias de conocimientos como estas llevaron a la OMS a recomendar que “Para reducir el riesgo de transmisión al ser humano puede ser necesario sacrificar a los animales infectados, supervisando estrechamente la inhumación o incineración de los cadáveres.” Pero esta recomendación que se refiere a infectados, la OMS no la hace extensiva para animales que simplemente hayan convivido con enfermos. De hecho, en los poblados africanos implicados en brotes, hay perros y otros animales habitualmente conviviendo con las personas, como señala E. M Leroy en su trabajo y la OMS no ha recomendado el sacrificio. Es más, considerando más especies animales que puedan infectarse, y en base al principio de precaución y la prioridad de la salud pública que, como no puede ser de otra manera, prima en la OMS , se recomienda la restricción de movimientos como medida cautelar en grupos de animales de granjas infectadas y el sacrificio solo de los infectados . Evidentemente hay que diagnosticar si lo están.
ver enlace:
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs103/es/
Por otro lado , la OIE , en línea con la OMS, mantiene que “Ahora, la enfermedad se está transmitiendo entre personas y no hay indicios de que en la propagación del virus sigan interviniendo animales” . ver enlace :
El principio de precaución y de la protección de la salud pública, parece imponerse en Madrid, ante el hipotético riesgo de que pueda existir transmisión de persona a perro y luego de perro a persona, hasta el punto de no investigarlo siquiera. No se impuso este principio a las razones humanitarias de repatriar enfermos que suponían un bajo, pero no hipotético, sino demostrado riesgo de transmisión de persona a persona. Es de suponer que en ambos casos se aplican criterios científico-técnicos por encima de valoraciones ético-morales.
Obviamente hay que reducir todos los riesgos posibles de contagio a la población ,y para eso está el principio de precaución pero no puede justificar cualquier medida y probablemente no justifica el no investigar.Si esto no fuese así podría justificar por ejemplo y por si acaso , eliminar también a todos los perros de Alcorcón por si contactaron con Excalibur en los parques por donde paseó y en las calles por donde orinó. Y ya puestos, exterminar los murciélagos de Madrid, especies que se sabe que están involucradas en esta enfermedad.Y así sucesivamente. En España ya en la década de los 80 fue la población quien por este mismo principio realizó matanzas de perros y otras mascotas por pensar que estaban implicadas en lo que entonces se llamó el síndrome tóxico o síndrome del aceite de colza. Posteriormente se comprobó que los perros o las fresas , igualmente sospechosas, no tenían relación. El principio de precaución no hay que confundirlo con el pánico a lo desconocido .Ver archivos de EL país o copia y pega en tu navegador
http://elpais.com/diario/1983/02/06/sociedad/413334002_850215.html
La denominada crisis de los pepinos- crisis sanitaria degenerada en crisis comercial por la cepa O104:H4 de E. coli convirtió igualmente el principio de precaución en el del pánico y por, si acaso, se tomaron medidas que hundieron el comercio de hortalizas españolas y afectó las economías de muchas personas. Y se esgrimió el principio de precaución , que parece justificarlo todo.
Pero es el conocimiento precisamente lo que diferencia ambos principios y para eso es imprescindible la investigación. Y esta ocasión se ha perdido, no sabremos si por pánico o por precaución. Aún detectando ahora anticuerpos de Ébola en el cadáver de Excalibur no habremos avanzado más allá de lo que estudió en 2005 en Gabón el grupo de Eric M. Leroy. Seguiremos sin saber si los perros se pueden infectar a partir de humanos ni si excretan virus, ni como es su respuesta de anticuerpos.
la opinión de Leroy era contraria a sacrificar a Excalibur . No se le ha consultado , a pesar de ser un experto mundial de reconocido prestigio científico y director general del Centro Internacional de Investigaciones Médicas de Franceville, en Gabón. ver aquí o copia y pega este enlace en tu navegador
http://elpais.com/elpais/2014/10/07/ciencia/1412701500_432789.html
Cierto que parece que muerto el perro se acabó la rabia pero precisamente ante la mordedura de un perro, el propio protocolo de rabia dice que hay que evitar que se mate al perro porque es fundamental investigar primero in vivo si tenía rabia y poder adoptar después medidas de salud pública. Pero una cosa es la rabia y otra cosa lo desconocido.Y seguiremos sin conocerlo.
Excalibur pasará a los anales de la historia de las crisis sanitarias y a los de la de historia de perros sacrificados en pro no del progreso como Layka, la perra rusa que fue sacrificada por la carrera espacial sino por el pánico de los seres humanos a lo desconocido, eso sí, en base al principio de precaución.
Para más información sobre el virus del Ébola puede consultarse este enlace donde se publica una revisión por el Dr Salvador Resino de la Unidad de Infección Viral e Inmunidad Centro Nacional de Microbiología Instituto de Salud Carlos III
http://epidemiologiamolecular.com/filovirus/
Aquí , el trabajo de Eric M. Leroy y col.
Traducción y resumen libre de Guillermo Delgado de las Cuevas
Veterinario del Servicio Extremeño de Salud
Vicepresidente de SOCIVESC
Nota y opinión del traductor: La traducción no es exactamente literal. La sub-área de muestreo segunda y tercera corresponden una a la zona afectada en el 2001-2002 eminentemente rural y la otra a la ciudad principal de esa región, Mekambo, según entiendo. En el artículo hay mapa aclaratorio e información más detallada en tablas y figuras. Aunque el artículo es del 2005, debido probablemente al poco esfuerzo inversor de gobiernos y otras entidades, continúa existiendo un gran desconocimiento sobre esta enfermedad.
El artículo integro se puede descargar de: https://www.scienceopen.com/document_file/5037efed-f28e-4a86-ba52-22965fc559a2/PubMedCentral/5037efed-f28e-4a86-ba52-22965fc559a2.pdf
Una de las conclusiones del artículo es que son necesarias más investigaciones, y especialmente en esta enfermedad que ha sido considerada de las olvidadas por la región a la que afectaba (hasta ahora).
Respecto a la polémica sobre el sacrifico del perro en Madrid, desde un punto de vista de la investigación puro, probablemente sería mejor aislarlo y someterlo a estudios, pero si no se cuenta con los medios materiales y humanos suficientes y adecuados, podría entrañar un riesgo serio para la Salud Pública de los cuidadores y personal investigador.
PREVALENCIA DE ANTICUERPOS DEL VIRUS DEL ÉBOLA EN PERROS Y RIESGO PARA LA SALUD HUMANA
Loïs Allela, Olivier Bourry, Régis Pouillot, André Délicat, Philippe Yaba, Brice Kumulungui, Pierre Rouquet, Jean-Paul Gonzalez, y Eric M. Leroy.
EMERGING INFECTIOUS DISEASES • www.cdc.gov/eid • Vol. 11, No. 3, March 2005
RESUMEN: Durante el brote de 2001-2002 en Gabón, se comprobó que varios perros estuvieron altamente expuestos al virus del Ébola por la ingestión de carnes de animales infectados.
Se analizaron 439 perros para detectar anticuerpos específicos, así como antígenos y ARN del virus del Ébola.
El muestreo se realiza en diferentes áreas, y se concluye que existe una asociación significativa positiva entre las seroprevalencias encontradas y las distancias a las áreas epidémicas del virus del Ébola. Además, los perros pueden infectarse por el virus del Ébola y desarrollar una infección asintomática.
La Fiebre Hemorrágica por el virus del Ébola es una enfermedad zoonósica, y el paciente cero suele infectarse a través de una fuente animal, normalmente por contacto con cadáveres de animales infectados por este virus (cepa Zaire en esta investigación). Los cadáveres de gorilas, chimpancés o pequeños antílopes (Duiker), son las fuentes de infección. Una vez que se traspasa la barrera de la especie entre humanos y animales, la enfermedad se disemina entre los primeros por contacto directo. Pero en algunos casos no se pudo determinar que hubiese existido contacto físico con una persona infectada o cadáveres de animales. Esto apuntaría a otras posibles vías de transmisión, como por ejemplo transmisión respiratoria entre personas por aerosoles o gotículas, o mediante fuentes animales no identificadas.
Los brotes de Ébola aparecen en pueblos donde las personas conviven con animales domésticos, entre los que se incluye el perro. Los perros no suelen ser alimentados y han de buscarse su alimento. Por ello, suelen comer pequeños animales que encuentran muertos cerca de las aldeas o son alimentados con restos de animales silvestres cazados por los aldeanos. Además, algunos se utilizan para cazar en los bosques de la zona.
Aunque nunca se había detectado infección por el virus del Ébola en los perros, el comportamiento y su alimentación los coloca en una situación de riesgo.
Se examinó si los perros domésticos podían estar infectados por el virus del Ébola y su papel potencial como fuente primaria o secundaria de infección para las personas.
Se analizaron 439 perros divididos en 4 grupos: el primero con 102 animales en Francia (como controles negativos), el segundo grupo con 258 perros del área de Gabón que sufrió el brote epidémico durante 2001-2002 (subdividido en dos subáreas, que serían los grupos segundo y tercero respectivamente: eminentemente rural o urbana, en ambas hubo casos de personas infectadas) y el cuarto con 79 perros procedentes de la capital y la segunda ciudad más grande del país, que estaban alejadas, más de 600 km, del brote original, aunque en ellas también hubo personas infectadas.
Para la detección de anticuerpos (Inmunoglobulina G), se usó un análisis inmunoenzimático o ELISA. También se investigo la presencia del virus (antígeno), y secuencias del genoma vírico mediante PCR (reacción en cadena de la polimerasa).
RESULTADOS: De los 102 sueros analizados del grupo de Francia, 2 fueron positivos a anticuerpos (2%). Del grupo de la capital y la segunda ciudad en importancia, 7 sueros se consideraron positivos (prevalencia de 8,9 %), y 55 sueros del área que sufrió el brote de Ébola en 2001-2002 (prevalencia de 25,2 %).
La sero-prevalencia frente a Inmunoglobulina G del virus entre los perros de las aldeas con casos humanos era superior a la de aldeas sin casos humanos (27,2 % frente a 22,4 %).
En algunos casos, los cazadores introdujeron cadáveres de animales infectados en las aldeas, que fueron la fuente de infección para las personas que luego diseminaron la infección dentro de la aldea y a otras aldeas, debidos a los movimientos de las personas. Por eso, se observaron casos secundarios en personas en pueblos donde no hubo una fuente de contagio animal identificable. La prevalencia en perros de aldeas con dos posibles formas de contagio, fuentes animales y casos humanos, era de un 31,8 % comparada con el 15,4 % en aldeas con casos humanos pero no una fuente animal identificable.
La prevalencia en las grandes ciudades era mucho más baja que en el área del brote.
La sero-prevalencia en el perro se incrementa de forma lineal según las áreas se aproximaban a los lugares de casos humanos. También se observó este incremento cuando se aproximaban a áreas con fuentes de contagio animal.
No se encontró antígenos ni secuencias de nucleótidos del virus del Ébola en las muestras de sangre analizadas. Tampoco se pudo aislar virus mediante cultivos celulares.
DISCUSIÓN:
1. Hay evidencias de que los perros podrían infectarse por el virus del Ébola.
2. Solo la cepa Zaire circuló en el área investigada.
3. Los 2 casos positivos de Francia podrían ser falsos positivos.
4. De los 159 perros investigados en el área del brote epidémico del 2001-2002, 40 tenían IgG específica del virus Ébola, lo que indicaría que sufrieron una infección real o estimulación antigénica (contacto con el virus).
5. Se observó que algunos perros consumieron restos de animales infectados por Ébola y otros lamieron vómitos de personas infectadas. Esto sugiere que los perros se infectarían por el virus Ébola y que así pudo ocurrir en el brote del 2001-2002.
6. Al no ser detectado virus o secuencias genómicas del mismo en los perros muestreados, podría indicar que se trata una infección antigua, una infección leve o una simple estimulación antigénica.
7. No se encontraron síntomas en ninguno de los perros altamente expuestos al virus, lo que indica que estossufren infecciones asintomáticas o muy leves. Gorilas y chimpanceś son diezmados por esta enfermedad con altas tasas de mortalidad entre sus poblaciones. Otros animales como cerdos de Guinea, cabras y caballos permanecen asintomáticos o desarrollan sintomatología leve tras la infección experimental, pero nunca se han estudiado en la naturaleza. Por ello, los perros parecen ser las primeras especies que se infectan de manera natural permaneciendo asintomáticos.
8. Aunque los perros sean asintomáticos pueden excretar virus en orina, heces y saliva durante un breve periodo de tiempo, tal y como se observó experimentalmente en otros animales.
9. La infección por el virus del Ébola en perros debe considerarse como un factor de riesgo potencial para las personas y de diseminación viral, dado el estrecho contacto entre personas y animales.
10. La infección de las personas podría darse mediante lamidos, mordeduras o durante el aseo del perro (grooming en el original).
11. Los perros asintomáticos con Ébola podrían ser una fuente potencial de virus durante los brotes epidémicos lo cual podría explicar algunos casos cuyas fuentes de contagio se desconocen.
12. Los perros deben ser tenidos en cuenta durante las epidemias de Ébola.
13. Deberían realizarse más investigaciones sobre mecanismos de excreción del virus en perros.
14. El hecho de la aparición en ciudades importantes donde no se observaron casos endémicos, y con muy poca probabilidad de contacto con animales muertos o pacientes confirmados, sugiere una posible transmisión mediante aerosoles o vía conjuntival procedente de hospedadores naturales no identificados (estos tipos de transmisión se han demostrado experimentalmente en monos Rhesus).
15. Los reservorios animales del virus del Ébola parecen extenderse por África central, en áreas rurales y urbanas, pudiendo tratarse de pequeños mámiferos terrestres (roedores) o animales voladores como murciélagos o pájaros. El descubrimiento de perros positivos al virus en zonas no afectadas sugiere que los perros conviven en estrecho contacto con el reservorio del virus y por ello debería investigarse en mayor profundidad.
16. La sero-prevalencia en el perro puede reflejar un contacto con el virus, y por lo tanto, la actividad vírica en un área determinada y el riesgo de infección para las personas.
17. La sero-prevalencia en el perro puede usarse como un indicador del virus del Ébola en zonas donde no se han detectado animales muertos por esta causa o se han observado casos en las personas.
18. Este estudio ofrecería la primera evidencia de que los perros se pueden infectar asintomáticamente en el medio natural, lo que tiene importantes implicaciones en la prevención y control de los brotes epidémicos en las personas.
19. El incremento de la seroprevalencia desde regiones con bajo riesgo a zonas endémicas con alto riesgo, indica que la sero-prevalencia podría utilizarse como un indicador epidemiológico de la circulación de virus en regiones donde no están disponibles otros medios de detección.